“Si te desconectaban podías despertar o quedar en un sueño eterno”
Esa tarde estuve tratando de recordar, aún no sé la hora exacta en que desperté. Me esfuerzo por recordar ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Muchas dudas invadían mi mente. Observé todo a mí alrededor. Era una habitación blanca y muy silenciosa ¿debía sentir paz o miedo? en realidad estaba muy confundido. Percibí un raro olor, algo de productos químicos seguramente.
Al pie de la camilla una señora aguardaba como quien espera un milagro. Se ve agotada, decaída y de ojos tristes, al levantar la cabeza noté como esas sensaciones desaparecían y de un sorpresivo salto me tomó entre sus brazos mientras pregunté ¿Quién es usted? ¿Dónde está mi mamá? No entendía porque esa extraña mujer ocupaba su lugar en aquel momento, a lo que ella con ojos lagrimosos y un gesto pasmado entre sollozos replicó…
-¿acaso no me conoces? Soy yo hijo, María Solano, tu mamá .
-¿mamá? (Mi mente estaba en blanco) ¿Qué paso? ¿Dónde estoy? No recuerdo nada.
-Tu papá y yo hemos estado esperando a que reaccionaras, pasamos los peores días de nuestra vida, creímos que te perderíamos Cristian, que morirías, no tienes idea…
- ¡Dios! No recuerdo nada, solo sé que esta mañana fui por un café donde la abuela y luego fui donde John por ese trabajo que debíamos presentar en la tarde.
- Tuviste un aparatoso accidente en la Ciudadela Norte al tratar de esquivar una moto – dijo quien decía ser mi madre - has estado inconsciente más de veintidós días y no sabíamos si despertarías, los médicos estuvieron a punto de desconectar la maquina respiratoria la que dependías, yo no podía con tanto, era posible que al desconectarla no volvieras a despertar y quedaras en coma permanente, pero yo sabía que despertarías hijo.
Todos han estado pendientes de ti, tus amigos te han visitado, claro que no han podido verte; por la situación en la que te encuentras no podías recibir visitas, los médicos las prohibieron; pero llaman a toda hora.
Observe detenidamente mi cuerpo, tenía vendas en el brazo izquierdo, una horrible jaqueca que taladraba mi cabeza, la pierna izquierda carecía de movilidad, me espante al ver que mi brazo tampoco respondía, tenía el folículo capilar de la cabeza y todo lo referente al lado izquierdo de mi cuerpo sin movilidad, la mandíbula estaba destrozada, me sentí desubicado, fuera de contexto; ¡era aterrador!, la mitad de mi cuerpo estaba totalmente inmóvil. ¿Cómo era posible? ¿Había estado a punto de morir? ¿Acaso mi cuerpo quedaría en ese estado? y ¿qué haría ahora, necesitaría de alguien que cargara conmigo? ¿No podría ser independiente nunca más? La sola idea me enloquecía, me ponía furioso de verme tan inútil en ese momento.
Un hombre fornido, setentón, con camisa azul y jeans obscuro se asomó de repente con una sonrisa que no podía contener en las mejillas, esa expresión solo podía provenir de mi padre y con él los recuerdos de mi familia fueron invadiendo mi cabeza, aunque debo aceptar que no dejaban de ser ajenos a mí en ese momento.
-¿Cómo te sientes? Preguntó.
-no recuerdo nada papá
-Ellos venían en contra vía, John Alexander Quintero me llamo para decirme que habías chocado con otra motocicleta. Los tres pasajeros de la otra moto salieron ilesos aunque llevaban más velocidad que tú y no tenían los elementos de protección.
Recordé un poco. En una especie de déjà vu escuche la sirena que aturdía mi mente mientras lentamente me despedía de lo que creía era el fin de mi vida.
- El impacto fue en el cráneo, llevabas varios días en coma. La familia del otro joven está muy molesta por el accidente, nos han demandado por daños materiales.
Te llevamos al hospital Emiro Quintero Cañizares y estuviste en La Unidad de Cuidados Intensivos de Adultos. Los doctores tuvieron que recurrir al uso de máquinas de soporte vital porque requerías un monitoreo especial para preservar tu vida, si te desconectaban podías despertar o quedar en un sueño eterno. Estos días han sido perturbadores, no he podido dormir ni acudir al trabajo como antes, solo quería que despertaras.
Tú moto quedo inservible, tuvimos que desecharla.
Hasta ese día me consideré una persona solitaria. Compañeros de clase (Laura, Ángela, Harvey, José) familiares que hacía años no veía llegaban a mi habitación y me inundaban de buenos deseos, se turnaban para visitarme y aunque terapia tras terapia fui fortaleciendo mi motricidad, los cambios no eran muy notorios. Constantemente debía reposar mi mano sobre mi mama para no caer al suelo.
Las redes sociales titularon; Al salir de su casa en su motocicleta Cristian Ascanio colisionó en un aparatoso accidente en el barrio Santa Clara (ciudadela norte) Ocaña norte de Santander al tratar de esquivar otra motocicleta, razón por la cual mi novia se enteró de mi estado y yo de que tenía novia, por lo visto, había olvidado más de lo que creía. El día martes de Octubre del 2016 fue uno de esos días curiosos donde volví a sentirme fuera de base.
Una dulce voz llegaba hasta la mis oídos, trataba de descubrir quien mencionaba mi nombre tan repetidas veces a lo que mi madre con vos modesta comenta…
-Afuera esta Tatiana, la hermana de tu novia, le diré que pase.
No tuve tiempo de reaccionar, allí estaba ella empapando mi camisa de llanto.
¿No recordaba que tenía novia? Dije divagando en el momento.
-¿cómo dices eso Cristian? Paula ha estado muy preocupada, quiere saber si estás dispuesto a verla o si aún estás enojado con ella.
- Yo no la recuerdo ¿es una broma verdad?
- no, mira, las fotografías son recientes ese sábado en la tarde antes de tu accidente ustedes discutieron y no volviste a buscarla por lo cual ella creyó que seguías enojado, hasta el lunes que nos enteramos por las noticias.
En las fotografías se veía una pareja feliz como de quienes se conocen de toda la vida.
-pídele que venga, dile que no estoy enojado pero que igualmente no la reconozco, no tengo recuerdos de nada referente a ella.
Dos días después Tatiana volvió a presentarse en mi casa, esta vez en compañía de la joven, no puedo negar que su belleza me sorprendió, tenía una sonrisa angelical , una blanca piel, de cabello lacio color negro, una estatura considerable y unos ojos tan profundos que enloquecerían a cualquier hombre - ¿cómo habría podido olvidarla?
-hola
-hola
-Quiero que me disculpes por la discusión que tuvimos el otro día
-No hay nada de qué preocuparse, no lo recuerdo y lamentablemente tampoco a ti.
Salimos dos meses después pero nunca logre saber la verdad, y así fue como conocía a paula Rodríguez por segunda vez.
Los doctores recomendaron dos años para una mejora satisfactoria, en las mañanas aún puedo sentir las deficiencias al pararme erguido, y me desplomo de nuevo, las lagunas en mi mente son constantes, aunque sigo las terapias no puedo retener el número de mi casa, del celular, los fuertes dolores de cabeza no me permiten leer por más de dos minutos Y los medicamentos son el pan de cada día aunque no muy fuertes porque es posible que también me perjudique consumirlos.
Posiblemente he tenido algún tipo de relación con el otro infractor aunque no es algo que me moleste, de igual manera no logre ver su rostro ni tan siquiera en las audiencias de conciliación.