A sol y sereno, campesinos y empresarios de las veredas Blancas Palomas, Juan Gabriel y El Campano, intentan controlar la corriente del agua con sacos y piedras, tras el rompimiento de la muralla carreteable que los protegía de la creciente del río y además los comunicaba con los municipios de Arenal y Río Viejo.
Desde hace dos días los lugareños luchan contra el tiempo para evitar que sus parcelas, fincas y cultivos queden bajo el agua.
Ante la emergencia, concejales del municipio de Río Viejo han llegado para prestar ayuda, ya que desde la administración municipal no han mostrado interés, aunque desde hace varios meses en este mismo punto se presentó la misma situación, cuando una socavación se llevó la vía.
Según fuentes cercanas a la alcaldía de Río Viejo, en ese entonces el alcalde habría emitido una emergencia manifiesta frente a tres puntos neurálgicos, incluido este, para jalonar recursos y atender la emergencia, pero hasta el sol de hoy no se han gestionado las obras.
En entrevista con Stereo R Colombia, hace unas semanas, el alcalde Malfren Padilla, aseguró ante los micrófonos de este medio que, “estamos trabajando, hemos tenido una pelea jurídica con las empresas porque quitarle terreno a ellos no les conviene, pero los más afectados es la comunidad”, indicó.
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Además aseveró que “la hemos arreglado cinco veces, pero es muy difícil porque el tráfico pesado es muchísimo y esa vía está muy cerca del río. Nosotros respetamos la propiedad privada y teníamos que llegar a un consenso con los propietarios del terreno”.
No obstante, las acciones pertinentes para reforzar y atender la situación no se han visto. Entretanto, los habitantes de esta zona rural de esta municipalidad espera una respuesta por parte del gobierno local.
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