Con un futuro brillante en la actuación Cristian Felipe Mosquera se suicidó a los 14 años. Que un niño no encuentre otra alternativa a quitarse la vida nos duele profundamente, por eso nos solidarizamos con toda su familia y sus allegados.
En Colombia aún nos cuesta hablar del suicidio, pero casos como el de Cristian nos demuestran que este fenómeno no es un tabú es una realidad.
Hablarlo es un primer paso para comprenderlo y prevenirlo. Cuando hablamos del suicidio en espacios seguros, sin juicios, es cuando las personas pueden honestamente expresar lo que necesitan y les agobia.
¿Que podemos hacer?
Escuchemos activamente sin prejuicios, no minimicemos los problemas de los otros, convirtámonos en su red de apoyo, prestemos atención a las señales de cambio.
Aunque la OMS en Colombia afirmó que el suicidio es la segunda causa de mortalidad en niños y jóvenes, aún la salud mental no es vista como una prioridad por los estados del mundo. Por eso fundaciones como la Sergio Urrego, que trabaja desde hace años por la protección de la vida y apoyo a jóvenes que son discriminados por matoneo, siguen exigiendo y exhortando al gobierno nacional para que tome medidas urgentes.
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