Injustamente el plátano tiene fama de engordar, mientras que a la avena la recomiendan para adelgazar, aunque sus diferencias son pequeñas.
Aún sin añadirle azúcar, la avena tiene 27 gramos de carbohidratos (lo que es igual a 7 cucharadas de azúcar). Los que desayunan avena y un jugo consumen 17 cucharadas de azúcar sin saberlo.
El azúcar de las frutas (FRUCTOSA) es dulce pero el azúcar de los cereales como la avena no es tan dulce (GLUCOSA). Los que duden que la avena tiene glucosa (azúcar) solo tienen que masticarla por varios minutos y empezarán a sentir su dulzor.
En un test de saciedad el plátano sacó un mejor resultado que la avena. En esa época no se sabía la razón pero recientemente se descubrió porque el plátano controla tanto el apetito.
Los azúcares o carbohidratos del plátano no entran al cuerpo, en cambio alimentan a las bacterias buenas del intestino. Aunque parezca increíble, cuando esas bacterias crecen en el colon los pacientes sienten menos hambre y ocasionan cambios hormonales que mejoran el metabolismo.
El azúcar del plátano no es fácil de digerir, por eso lo nombraron: almidón resistente.
El almidón resistente adelgaza, disminuye los triglicéridos y mejora la resistencia a la insulina.
Siempre es bueno consultar con un nutricionista porque la ciencia avanza cada día y a veces trae estas buenas noticias.