Desde los últimos meses del 96 se empezaron a escuchar rumores en todo el pueblo. El decir de los habitantes era que los paramilitares llegarían al municipio para limpiar a Río Viejo de los guerrilleros pero pasaban los días y no aparecían.
Llevaban seis meses escuchando que las autodefensas se iban a tomar el pueblo, pero ya nadie pensaba que esto fuera cierto.
Foto/Archivo - Referencia
El Viernes 25 de abril de 1997 las autodefensas ingresaron a Río Viejo, tumbando puertas, golpeando, masacrando y fusilando a quien se encontraban en el camino.
Ya había caído la noche de ese fatídico día cuando los 'paras' reunieron a la población en la plaza, y como si fuera un acto de circo, cortaron la cabeza en frente de la multitud a un reconocido vendedor del pueblo, según algunos habitantes, tenía 25 años de edad.
Para ese entonces, Río Viejo carecía de presencia militar. Se había emancipado de Morales hacía poco y no tenía cómo comunicarse con la 'civilización'.
Habitantes relatan que el grupo armado entró como una cacería. Se acercaron a la casa del mandatario local, tumbando puertas y ventanas mientras éste huía por su vida por la parte trasera de su vivienda.
El alcalde tuvo que salir del pueblo con ayuda de varias personas una vez los paramilitares se marcharon.
Este hecho silenció al pueblo. Nadie comentaba sobre lo sucedido y tampoco se veía gente en las calles. El pueblo calló hasta hace algunos años.
Nunca se supo con exactitud cuántas personas perdieron la vida tras la masacre, pero se estima que puede ser una cifra centenaria.
Un año después
Más de 10 mil desplazados de municipios como Arenal, Tiquisio, Barranco de Loba, Altos del Rosario y San Martín de Loba, entre otros municipios de la serranía de San Lucas, abarrotaron la iglesia y las escuelas de Río Viejo, mientras que otras 40 personas aproximadamente, perdían la vida por el fuego cruzado entre la guerrilla y los paramilitares en las selvas de la región.
Se acercaban las fiestas decembrinas del 98 y la emergencia humanitaria era inminente en el municipio. Habían pasado solo unos días y ya los suministros de alimentos comenzaron a escasear y no se poseía la forma de suplir con la demanda de comida para los miles de campesinos que llegaron a salvaguardar su integridad en Río Viejo.
Según se indicó en un informe, la Defensoría del Pueblo habría recibido de las personerías de la zona, el registrado de al menos 22 personas muertas, aunque se estimase otras más desaparecidas. Por otra parte el gobierno local hacía llamadas de ayuda a la Cruz Roja y a la Gobernación de Bolívar para que enviasen ayuda humanitaria para minimizar la emergencia que se avecinaba por la falta de fluido eléctrico, agua potable y alimentos, mientra que se remitían oficios a las Fuerzas Armadas para que intervinieran y mantuvieran el control sobre la zona que se disputaban los grupos al margen de la ley.
De otro lado, la emergencia en Morales no era menos importante, puesto que cerca de 50 mil victimas del conflicto habían llegado buscando refugio. A este municipio del sur del departamento llegó una comisión de delegados del Ministerio del Interior, de la Procuraduría, de la Defensoría, y de la Diócesis de Barrancabermeja con ayuda para controlar el gran problema que surgió tras la descontrolada llegada de campesinos desmovilizados por la guerra de la Serranía.
Serranía de San Lucas y una guerra sin tregua
La minería ilegal, la tala, la colonización desordenada y la inconmensurable guerra entre paramilitares y guerrilleros, han tenido a la serranía al borde del colapso. Este es un gran macizo de 6.750 kilómetros cuadrados cubierto por bosques tropicales y andinos.
Ésta es una gran formación geológica que está aislada de las cordilleras andinas, la cual se encuentra situada al sur de Bolívar, condición geográfica que, precisamente, la hace un oasis natural ocupado por rifles sin temor a matar.
La ofensiva paramilitar desatada por Carlos Castaño y las FARC contra el ELN dejaron varias decenas de fallecidos, entre esos paramilitares y subversivos, según informaron los organismos de seguridad.
Esta guerra fue por liderazgo y obtención de terrenos entre opositores, y comprometieron a pueblos no solamente del sur de Bolívar sino también del norte de Antioquia y Santander, agrupando a unos 30 pueblos.
Las razones por las cuales la guerra de la serranía se agudizó durante los últimos meses de 1998 fueron dos. La primera tiene que ver con el hecho de que Castaño y sus hombres, decidieron "recuperar", una región donde el ELN ejerció pleno dominio desde hace varios años. Y la segunda es de tipo económico: en San Lucas se encuentra el 80 % del oro existente en el país y es la zona con mayor plantación de hojas de coca y mariguana, después de los departamentos del sur del país.
Esta guerra tuvo la participación de cerca de 1.500 hombres, entre subversivos del ELN y paramilitares de las FARC. Otro grupo guerrillero que participó en la confrontación es el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), una nueva disidencia del ELN, que tenía cerca de 100 hombres armados.
*Con información de Semana, El Tiempo y El Espactador