Aguachica es un municipio situado en el sur del departamento del Cesar, ubicado al nororiente del país, que cuenta con una población aproximadamente de 80. 978 habitantes y su temperatura promedio es de 28°C.
Hace más de 20 años una grave situación vienen padeciendo los habitantes de este municipio debido a la falta de agua o escasez, que hasta el sol de hoy lo sigue sacudiendo duramente y más cuando empieza el verano a mostrar su rostro.
Foto/Las 2 orillas
Son muchas las razones que existen por la cual este flagelo no ha tenido una solución eficaz, que erradique de una vez por todas esta problemática. La indiferencia persiste por parte de algunos alcaldes de turnos que han mirando el escenario con desdén, de manera muy deportiva y con falta de voluntad política, ya que esta misma se ha convertido en caballito de batalla en sus campañas.
Un ejemplo claro de esto es la del gobierno departamental que se gasto una millonada en trabajos sin terminar, como el patinódromo por parte de la firma Consorcio Patinódromo de Aguachica, en la que se estima un valor aproximado de 10 mil millones pesos. Y el hospital regional José David Padilla Villafañe, obra que arranco en 2014 con inversión cercana a 39.000 millones de pesos, con contratista al mando del Consorcio Ávila Ltda, y que a principios de 2017 aspiraba a entregarse totalmente terminada y dotada con modernos equipos de la más alta tecnología. Así lo aseguraba el gobernador Francisco Ovalle Angarita, al periódico El Heraldo.
Frente a la falta de agua en el municipio, y cuales acciones han sido ejecutadas para mitigar el problema ya mencionado, se suma también inversiones sin resultados en la cuales “se han realizado varios estudios de factibilidad por parte de Findeter (Financiera del Desarrollo Territorial) pero ninguno ha sido viable”, mencionaba Riquelme, funcionario de E.S.P.A
Otros aspectos centrales son, la inexistencia de un plan maestro en el municipio que ajuste las redes del acueducto, por lo que el 60% del líquido se pierde debido al mal estado de las tuberías, cuando este es transportado hacia las residencias. Además, otra falencia que presenta el acueducto encargado de surtir a 22.800 usuarios de la Empresa de Servicios Públicos de Aguachica es que en estos momentos la planta trata 340 litros por segundo, mientras se necesitan 600 litros por segundo para abastecer a todo el casco urbano.
La situación del vital líquido escaso, también es producto de fenómenos que afectan diferentes países como el calentamiento global que aflige los caudales de las fuentes hídricas, haciendo que estos disminuyan, como es el caso de la quebrada Buturama. Principal afluente encargada de proveer al conducto de la cuidad.
Mientras en tiempos distintos al verano el agua tarda en llegar 15 a 18 días en los distintos sectores, el problema se complica más cuando azota el fuerte verano dejando a sus pobladores sin este liquido por un mes o más. Es en estos momentos cuando el agua se convierte en un negocio y muy rentable, ya que la falta de este elemento ronda por muchos de los barrios, haciendo que sus vecindarios acudan a este recurso no apto para el consumo humano pagando 15.000 pesos por un tanque de 200 litros.
Para suerte de algunos que pueden adquirir estos litros por unos cuantos billetes, todo está bien, pero en contraste a esto, gran parte de los residentes no cuentan ni siquiera con tanques o piletas donde almacenar el agua suficiente frente a la tardanza o racionamiento de un mes por llegar el agua potable; ni mucho menos pagar por doscientos litros. Haciendo a estas personas utilizar cualquier tipo de artimaña para ir en busca de ésta donde quiera que se encuentre más cerca.
“...Uno tiene que buscar la manera de salir a buscar el agua en burro, bicicletas, en moto o a pie si es posible en las quebradas de por acá, las más cercanas, con tal de tenerla para uno estar aseadito y para las necesidades de la casita”, afirma Carmencio quien se ve afectado por esta crisis.
Consecuencias por la falta de agua potable
Mientras que en muchos lugares el agua limpia y fresca es un hecho, en otros es un recurso escaso debido a la contaminación de sus fuentes. Aproximadamente 1.100 millones de personas, es decir, el 8% de la población mundial no tiene acceso a fuentes seguras de agua potable, y más de 2.400 millones de personas carecen de saneamiento adecuado.
En los países en desarrollo más de 2,200 millones de personas, la mayoría de ellos niños, mueren cada año a causa de enfermedades asociadas con la falta de acceso al agua potable, saneamiento adecuado e insalubridad. Además, gran parte de las personas que viven en esos paises sufren de enfermedades causadas directa o indirectamente por el consumo de agua o alimentos contaminados o por organismos portadores de enfermedades que se reproducen en el preciado líquido.
La mayor parte del agua dulce, casi el 70 por ciento del líquido disponible mundialmente se utiliza en la agricultura. Sin embargo, la mayoría de los sistemas de riego son ineficientes, debido a que el desperdicio del agua también provoca riesgos ambientales y de salud, tales como la perdida de tierra agrícola productiva debido a la saturación, asimismo, el agua estancada presenta inconvenientes por la transmisión de la malaria en algunas partes del planeta.
El consumo de agua en algunas áreas ha tenido impactos dramáticos sobre el medio ambiente. En área de los Estados Unidos, China y la India, se está consumiendo agua subterránea con más rapidez de la que se repone, y los niveles hidrostáticos disminuyen constantemente. Algunos ríos,
tales como el Rio Colorado en el oeste de Estados Unidos y el Rio Amarillo en China con frecuencia se secan antes de llegar al mar.
Debido a que los suministros del líquido dulce son el elemento esencial que permite la supervivencia y el desarrollo, también han sido, muchas veces, motivo de conflictos y disputas pero a la vez, son una fuente de cooperación entre personas que comparte este recurso del agua.
Ante la falta de compromiso y negligencia hasta de los mismos habitantes de Aguachica que no han tomado cartas en el asunto y no han salido a defender y exigir sus derechos en consecuencia a este panorama que por tantos años los ha golpeado fuertemente con el chorro de la corrupción, todavía existen soluciones a esta situación para arrancarla de fondo y salir a flote.
Las siguientes consisten en tomar conciencia para ahorrar este liquido, segundo, para evitar o contrarrestar el bajo caudal en la quebrada Buturama. Se deben realizar programas que reforesten la cuenca y una socialización con los dueños de la fincas de sus alrededores.
Como tercera alternativa para suprimir esta circunstancia, se plantea transportar el agua desde la quebrada Norean o Río Magdalena. Y como otras dos medidas más que deben también tenerse en cuenta son: un plan maestro que restaure de manera general el acueducto del municipio, y más compromiso por parte de la administración.
Por fortuna existen métodos para sacar de una vez por todas a los ciudadanos de ese mar descalzo donde los tienen sumergidos. Lo que si hace falta además del agua es poner mano dura ante las administraciones que se hacen de la vista gorda.